domingo, 27 de febrero de 2011

Peligro para México


Una de las estrategias a la que acuden con mas insistencia los políticos, especialmente en el rubro de la confrontación verbal, es la de acusar al adversario en turno de aquello que resulta cierto y apreciablemente exacto para la parte acusante. El hombre que hizo una ligera alteración al lema central del gobierno federal, aquel de “vivir mejor” y que ahora reza “beber mejor”, Felipe Calderón, es un ejemplo emblemático de los políticos que recurren con lujo de cinismo a la estratagema referida. Asistidos por los empresarios de mayor influencia en la geografía nacional, el Partido de Acción Nacional y su candidato, Calderón Hinojosa, desplegaron, previo a las elecciones federales del 2006, una campaña típicamente desleal cuyo propósito era atribuir al candidato de oposición la categoría de “peligro para México”. Hoy se advierte claramente el veneno contenido en esta acusación. Es evidente, máxime a raíz de la intensificación de la guerra en la vida cotidiana actual, que no había, antes de la elección, mayor amenaza latente, ni en el presente, mayor peligro manifiesto para México que Felipe Calderón Hinojosa, principal promotor institucional de la actual ignominia nacional. El caso Pasta de Cochos es uno de esos atropellos que pone de manifiesto con franca claridad la peligrosidad material y moral de la administración calderonista.

En el marco del 5º aniversario del accidente (¿homicidio industrial?) que dejó como saldo 65 muertos en el socavón de Pasta de Conchos, Coahuila, la STPS difundió, no sabemos si a modo de consuelo u ofensa, y en relación a la petición de los deudos de reanudar la búsqueda de los cadáveres, el siguiente mensaje del secretario Javier Lozano: “Hay razones científicas para no intentar el rescate de los mineros sepultados en Pasta de Conchos [¿habrá querido decir razones “políticas”?]… Es totalmente comprensible la demanda de los familiares y amigos de los mineros que quedaron atrapados en el lugar, en el sentido de recuperar los cuerpos para que puedan darles sepultura; pero la verdad es que ni tenemos fundamento legal, por un lado, ni tampoco un fundamento ético para arriesgar nuevas vidas en la búsqueda de cadáveres”. ¿Fundamento ético? ¿Fundamento legal? La obscenidad de este señor no conoce límites. Es difícil creer que se encuentre en su sano juicio. Felizmente, el propio Lozano despeja esta duda relativa a su salud mental: “Cualquier gobierno en este país, si hubiera tenido la posibilidad real de rescatar con vida esos cuerpos, lo hubiera hecho; no pienso que nadie en su sano juicio hubiera actuado de manera contraria”. En conclusión, al alcoholismo crónico de Felipe Calderón habrá que añadir la insania de su gabinete.

La demanda de la Familia Pasta de Conchos (deudos) sigue intacta y sin atisbo de esclarecimiento. Este asunto irresoluto se suma a la interminable lista de negligencias que caracterizan al gobierno en turno. Lo que prevalece en el presente panorama nacional es una infame guerra anti-popular que asalta por todos los flancos a la sociedad mexicana: omisión de las demandas sociales, transgresiones a la libertad de prensa, toscas regresiones en materia laboral y asistencia social, militarización del país y promoción de un baño de sangre sinsentido.

En su acepción más elemental, ‘peligro’ es una situación que se caracteriza por la "viabilidad de ocurrencia de un incidente potencialmente dañino". En consonancia con esta definición de ‘peligro’, parece justo calificar el gobierno de Felipe Calderón como el primer y más grande “peligro para México”.

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