miércoles, 27 de enero de 2010

Nueva Orleans (Haití)

Dicen las noticias que el ochenta por ciento de la mancha urbana de Nueva Orleáns quedó inundada, léase destruida, pues hay que recordar que con los vientos de más de 240 kilómetros de velocidad, con la lluvia prolongada y destructora, las delgadas y frágiles casas de madera que acostumbran hacer en Norteamérica no resistieron mucho.
No podemos olvidar tampoco que esa zona (área en la se sitúa el imaginario condado de Yoknapatawpha, del que el célebre William Faulkner se valía para situar su literatura), es una región en la cual la afluencia de esclavos, en los siglos XIX y XX, fue de las más fuertes en Estados Unidos. Por lo mismo, al sumarle la historia de racismo, desprecio y olvido que se le dio a esta gente por parte de los que ahora son sus connacionales, es una de las zonas más pobres de aquel país.
Sólo así son entendibles los innumerables muertos, la poca ayuda, los saqueos que se dieron en las grandes tiendas. También solamente así se puede entender el horror de aquella gente por tener que abandonar la tierra que recubre su historia, que le recuerda una identidad propia, en la que ha podido sobrevivir.
Enfrentemos esas pequeñas miles de muertes cotidianas que ahora nos pasan. Celebremos a la muerte como sólo nosotros sabemos hacerlo.

lunes, 25 de enero de 2010

La derecha chilena: saliendo del closet político y ambigüedad política-conceptual…

Danny G. Monsalvez, Universidad de Concepción

http://aquevedo.wordpress.com/

La derecha política y su discurso “mediático” lograron imponerse finalmente el 17 de enero de 2010; con ello se materializó aquella perorata y práctica que tanto daño le ha hecho a la actividad política como es la muerte de las ideologías, teorías y proyectos de transformación social; es decir, hoy -de cuerdo a aquella visión- se impuso (no sabemos hasta cuando o hasta que grados) aquel pensamiento único y hegemónico; O bien como señala Tomás Moulian que al aceptar la muerte de las ideologías “es hacerle caso a la única ideología actualmente viva, que es el neoliberalismo, que es una ideología potentísima además, que anuncia la muerte de las ideologías, pero actúa como una de ellas: tiene un proyecto de sociedad, tiene aparatos ideológicos que permiten difundir esta idea de sociedad, sean ellas universidades, medios de comunicación, etc.” (Moulian, 2005: 99).

No obstante aquello, la segunda vuelta presidencial exteriorizó un par de acciones o fenómenos que reflejan la ambigüedad conceptual e inopia política que algunos sufren casi de manera crónica. El primero es aquel discurso que algunos pregonan con tanta fuerza de la objetividad, neutralidad e imparcialidad en el análisis de los hechos o procesos. Bajo ese discurso se pretende aparecer ante la opinión pública y la sociedad como un sujeto “políticamente correcto”, pero por sobre todo que no se llegue a advertir la ideología, credo o intención en la opinión y reflexión de quien la entrega.

De esta manera y tal como dice el columnista Carlos Peña, determinados sujetos “…creen que la imparcialidad intelectual obliga a ser neutral, la prudencia a suspender el juicio, el equilibrio a no decir nada, la cultura a pronunciar vaguedades, la reflexión a un si es no es permanente, la bondad a ser perdonavidas, la independencia cívica, la amistad a cuidar las redes como hueso santo, y el prestigio a no quebrar ni un huevo” (Carlos Peña, El Mercurio, domingo 10 de agosto de 2008, p. D 19).

Por ello es que nos parece curioso y llamativo (por decirlo menos) que aquellos que con tanta fuerza enarbolan las banderas de la objetividad, neutralidad, imparcialidad, que quieren presentarse ante la comunidad como apolíticos, independientes y que al mismo tiempo critican a quienes toman posición, son los primeros en caer en contradicciones, especialmente cuando se va a producir un cambio de coalición política en la conducción de Gobierno. En ese sentido, lo expuesto anteriormente va estrechamente ligado a otro fenómeno y que -también- es uno de los más comunes, el cual denominamos “saliendo del closet (político)” o como lo escuché recientemente una “tercera vuelta”.

¿En qué consiste aquello?. En que determinados sujetos al visualizar un posible cambio de gobierno, no dudan o trepidan en situarse del lado de quienes tienen mayores posibilidades de triunfo para posteriormente ubicarse en las esferas de aparto burocrático del Estado. Peor aun, no falta el “converso” que reniega de su pasado, de su historia, de lo que fue en algún momento y aprovecha la oportunidad para “darse vuelta la chaqueta” y pasar a constituirse en parte constitutiva del nuevo oficialismo.

Lamentablemente en los momentos de crisis políticas o en coyunturas eleccionarias aparece lo peor del ser humano: el oportunismo, figuración mediática, ansias de poder, ocupar cargos de confianza, aprovechar la instancia para pedir, solicitar y reclamar más de algún favor, alguna vuelta de mano a cambio del voto o por el apoyo brindado al sector político triunfante.

Para finalizar que mejor que citar a José Ingenieros en su clásica obra “El hombre mediocre”:

“…su vida es perpetua complicidad con la ajena. Son huestes mercenarias del primer hombre firme que sepa uncirlos a su yugo. Atraviesan el mundo cuidando su sombra e ignorando su personalidad. Nunca llegan a individualizarse: ignoran el placer de exclamar “yo soy”, frente a los demás. No existen solos. Su amorfa estructura los obliga a borrarse en una raza, en un pueblo, en un partido, en una secta, en una bandería…así medran, siguen el camino de las menores resistencias, nadando a favor de toda corriente y variando con ella; en su rodar agua abajo no hay mérito: es simple incapacidad de nadar agua arriba. Crecen porque saben adaptarse a la hipocresía social, como las lombrices a la entraña” (p. 116).

domingo, 24 de enero de 2010

Otro mundo es posible

Será esta una semana interesante. Y no me refiero a lo que Beltrones tenga que decir sobre el Presidente, a lo que Chucho tenga que decir del Peje, o lo que Yunes tenga que decir sobre el pastel, si no a cosas verdaderamente importantes.

El día de mañana comienza el décimo Foro Social Mundial (FSM) en Porto Alegre, Brasil, la misma ciudad que le vio nacer en el 2001 bajo la consigna “otro mundo es posible”.

Por otra parte, a partir del miércoles se reunirán en Davos, Suiza, en el Foro Económico Mundial, los representantes de las potencias mundiales, amos y señores de este planeta, en la ya tradicional reunión anual de su club.

Será una semana interesante por lo que se diga en el primero y se deje de decir en el segundo. Ya se podrá imaginar usted cuál de los dos eventos acaparará la atención de los principales medios de comunicación tradicionales, sin embargo, recomendamos el seguimiento del foro en Brasil.

Principalmente, por que no se trata de una lista de buenos deseos, lugares comunes y recetas para el desastre como la que escucharemos desde Europa (una vez más). Se trata, sobre todo, de un ejercicio de reflexión ante la crisis de un sistema que tiene a más de la población mundial en condiciones de pobreza y a una sexta parte de la misma pasando hambre.

Se trata de presentar alternativas ante un modelo de desarrollo que favorece el enriquecimiento de un puñado a costa de la pauperización de las condiciones de vida de las mayorías, sin olvidar los efectos que sobre el medio ambiente tienen los modelos de producción a gran escala.

El Foro Social Mundial surge en 2001 como una alternativa al Foro de Davos y a los procesos de globalización. Su objetivo principal, el de romper con la dominación que la dictadura del mercado ejerce en el terreno de las ideas.

El foro que empieza el día de mañana tendrá como tarea ser un espacio en el que la autocrítica permita formular propuestas más concretas de acción (sin dejar de pensar en los procesos a largo plazo) en un año particularmente difícil por los efectos de la crisis financiera que desde el año pasado ha afectado la economía mundial.

A lo largo de este año se realizarán 27 foros sociales de manera regional con miras al FSM de 2011, a realizarse en el continente africano, el cuál por cierto será víctima de la explotación capitalista una vez más en junio de este año.

“Desafíos y propuestas para otro mundo posible” es la temática a desarrollar del 25 al 29 de enero en Porto Alegre, donde decenas de intelectuales y dirigentes de movimientos sociales se verán en la necesidad de realizar un balance de lo que ha significado el Foro Social Mundial en sus primeros 10 años de vida, para poder así seguir adelante con un proceso de concientización que permita pensar en maneras de lograr ese “otro mundo posible”.

jueves, 21 de enero de 2010

El Mundo al Revés

“De cabeza esta el mundo,” comentó una señora que se encontraba en un puesto de periódicos, mirando a distancia las noticias de los diarios de mayor concurrencia. Le di la razón, claro esta. En verdad que no se requiere de una gran perspicacia natural para dar cuenta de los contrasentidos que forman parte del diario acontecer en el mundo; por ejemplo, la multinombrada crisis financiera.

Esta crisis, según lo han confirmado especialistas en la materia, es producto, entre otras cosas, de una superproducción, es decir, de un exceso de producción que supera con creces la demanda. Lo cual indica, en última instancia, que existen medios técnicos suficientes, acaso abundantes, para la satisfacción alimentaria y material de la humanidad entera ¿Por qué entonces existe una brutal proporción de personas en el planeta viviendo en situación de pobreza extrema?

La respuesta habitual a esta pregunta es bien conocida por todos. “Es que carecen de iniciativa y espíritu emprendedor,” explica el discurso oficial de los peritos en economía, los políticos y aquellos que nomás repiten lo que escuchan. En efecto, en el mundo al revés, esto es, en el mundo tal cual es, aquel que se enriquece a costa del trabajo ajeno le llaman líder, emprendedor; aquel que trabaja día y noche para cubrir precariamente el gasto básico primario, le llaman fracasado, mediocre.

En el terreno de la Salud, el principal problema a resolver, según los resultados de múltiples investigaciones, es el de la obesidad. ¿Acaso la hambruna que padecen miles de millones no es una enfermedad que amerita mayor énfasis y atención? El mundo se alarma mas por los que comen en abundancia que por los que casi nunca lo hacen.

En fechas recientes se desató una batalla legal global contra el consumo de cigarrillos en espacios públicos, pues, según argumentan sus principales promotores, el humo que despiden los fumadores atenta contra la salud de la población entera, aun en aquellos que se hallan mínimamente expuestos a la inhalación involuntaria del humo. Pero eso sí, nadie, lo que se dice nadie, impugna el exorbitante aumento del parque vehicular en el mundo. Como dato: el humo que el automóvil despide contiene miles de veces más monóxido de carbono (entre otras muchas sustancias tóxicas) que el humo del cigarrillo. Si lo que esta en juego verdaderamente es la salud pública, ¿por qué no prohibir entonces el transito enloquecido de los autos que están entre los principales causantes de la devastación ambiental y humana en el mundo?

En este mundo que esta de cabeza, los principales promotores de guerras en el mundo –entre los que destaca EE.UU. como primer productor de armas- son los que tienen a su cargo la paz mundial.

Ya para culminar: no hay nada más paradójico, además de triste y decepcionante, que el primer presidente negro electo en la superpotencia norteamericana gobierne como lo haría cualquier blanco que ocupase ese cargo.

“De cabeza esta el mundo,” afirmó la señora sin la menor vacilación. ¿Acaso hacen falta más ejemplos para corroborar lo que divisó aquella mujer?

martes, 19 de enero de 2010

¿De quién es la culpa?

La muerte prefiere a los pobres, rezaba el encabezado de un diario francés después del tsunami que arrasó con las costas de Indonesia y Sri Lanka en 2005, tomando la vida de más de mil trescientas personas.

Absurdo sería pensar que alguien es culpable de dicha catástrofe natural, o de la acontecida el pasado 12 de enero en Haití. Sin embargo, no es casual que los más afectados por las mismas sean, efectivamente, aquellos que menos tienen. Y de ello si podemos señalar responsables.

Ahora que, por circunstancias desafortunadas Haití está en boca de todos, sabemos que se trata del país más pobre de todo el hemisferio occidental. Lo que no sabemos, y de lo que nunca se dice ni una palabra en los medios de comunicación (ni se dirá) es ¿por qué lo es?

La pobreza no es un desastre natural: es consecuencia de siglos de explotación que el territorio haitiano ha sufrido por parte de los todopoderosos imperios franceses y norteamericano por más de 500 años.

Breve historia de Haití: colonia española desde 1492, para 1540 su población indígena se consideraba virtualmente extinta, víctimas de la esclavitud, las enfermedades europeas y las matanzas. En 1764 Haití pasa a ser posesión francesa, la Perla de las Antillas, una de las posesiones francesas más valiosas dentro del Imperio francés. 40% del azúcar y 60% del café consumidos en Europa provenían de Haití.

Para 1791 había en Haití más de 790 mil esclavos africanos, por apenas 32 mil pobladores blancos, dueños por supuesto de tierras, minas y vidas.

De poco le sirvió a Haití ser la primera colonia europea en América Latina en obtener su independencia (1804), después de una rebelión de 400 mil africanos esclavizados contra sus amos blancos dueños de plantaciones de café y azúcar.

Desde su independencia, Haití es quizá el mejor ejemplo de la expansión de un sistema capitalista y de un imperialismo norteamericano que no le deja respirar: más de dos siglos de intervenciones militares, saqueo de sus recursos naturales y empleo de su mano de obra en los trabajos más inhumanos.

En 1984, el FMI forzó a Haití a liberalizar su mercado; las consecuencias son lógicas. En 1970 Haití producía el 90% de los alimentos que consumía. Actualmente importa el 55%. En 2008, ante la famosa crisis alimentaria, los alimentos subieron su precio en más de un 50%.

Que la cantidad de muertos en Haití ante el terremoto del pasado martes sobrepase las decenas de miles no es casual. En Puerto Príncipe, capital de Haití, es una ciudad de 900 mil habitantes. El 80% de los mismos vive en casas de adobe y barro, en condiciones de pobreza extrema.

Los 4 huracanes que en 2008 barrieron la isla cobraron 793 vidas humanas. En Cuba perdieron la vida 4 personas. La planificación y distribución de los recursos juegan un papel clave ante circunstancias como las presentadas el martes pasado. Por qué Cuba las tiene y Haití no, se lo dejo a usted.

Las mismas instituciones y gobiernos institucionales que hoy roban cámara anunciando su solidaridad con el pueblo haitiano son las que, aún antes del terremoto, tenían a Haití en la ruina.

Hablemos de democracia


No está usted para saberlo ni yo para constárselo, añorado lector, pero gracias al jodido exilio que hoy me obliga a refugiarme en tierras anglosajonas he llegado a descifrar, en hora buena, el significado de la democracia, “el lado democrático de la vida”.

Hace unos días, mientras reposaba mis asentaderas en una banca atiborrada de nieve (era el único lugar disponible para alimañas de mi lastimosa condición, es decir, para fumadores), un joven norteamericano se acercó con cierta dosis de sigilo a dialogar conmigo. El tema fue el clima, pues en estas inhóspitas comarcas la situación climatológica es siempre motivo de conversación. Pese a su aparente retraimiento, el joven se desenvolvió siempre con naturalidad al dialogar con un servidor. Su aspecto desaliñado y su timorata conducta me despertaron cierta curiosidad. Pero lo que más me inquieto fue la insistencia y profusión con que sobaba sus rodillas. En un primer momento imaginé que era el frío lo que provocaba esa férrea frotadura de las piernas. Así que para romper el hielo (cosa difícil para las gélidas temperaturas de estas tierras) me aventuré a interrogarle con parsimonia y prudencia.

Pongo a su disposición, querido lector, un breve fragmento de la conversación que sostuve con aquel joven:

- “¿Eres de aquí?”, pregunté a mi acompañante.

- “Sí. Pero estuve tres años fuera del país. Y aun no logro aclimatarme al frío de la ciudad.”

- “¿Y donde pasaste esos tres años?”

- “ En Irak, Señor. Fui voluntario para la Infantería de Marina de los Estados Unidos”, contestó el joven con sobriedad.

- “Atmósfera y clima distintos, supongo...”

- “Demasiado calor, tanto por las altas temperaturas como también, y más profundamente, por las constantes explosiones y detonaciones de armamento de alto calibre,” repuso el imperturbable ex marino yanqui.

- “¿Y que edad tienes?”

- “Veintiuno, Señor”

- “Perdón por la intromisión –le dije yo- pero, ¿consideras que valió la pena tu tiempo de servicio en Irak?”

- “Sí, Señor. A pesar de las penurias y de los tres impactos de bala que sufrí en las rodillas [el frío producía severo dolor en sus articulaciones], creo que al final de cuentas mi servicio en Irak fue útil y valioso.”

- “¿Por qué lo dices?”

- “Porque a cambio de los años que pasé en Irak me hice acreedor de una jugosa cantidad de dinero, que de otra forma me hubiese resultado imposible amasar. Además, debo reconocer que la pasé bien por allá. Tuve la oportunidad de volar varios edificios con artefactos explosivos y de disfrutar de estruendosas detonaciones. Con la tecnología de hoy en día, estar en guerra es como jugar con videojuegos. Lo que hace más estimulante a la guerra, no obstante, es la adrenalina que corre por el cuerpo al descubrir que los receptores de los disparos son gente de carne y hueso y no simples blancos cibernéticos”

Al día siguiente de que sostuve esta enriquecedora charla con el joven ex marino, pude ver por televisión una nota relacionada con la “intervención” de EU en Oriente Medio y su elogiable “guerra contra el terrorismo” Según el reporte, la misión de Estados Unidos en aquellos recónditos suelos es la de “Constituir una gran cruzada en pro de la democracia... Pues el mundo debe convertirse en un lugar seguro para la consolidación de la democracia.”

En ese preciso instante, una ráfaga de erudición abatió mi añeja ignorancia. Ahí comprendí que años y años de estudio resultaron siempre insuficientes para comprender y descifrar el verdadero significado de la democracia. Ni el mas lúcido de los libros de teoría política pudo penetrar nunca la enigmática coraza del concepto de democracia. Después del testimonio de aquel joven veterano, la claridad y la lucidez tocaron mis entreabiertas puertas.

Hoy, quiero compartir con usted, perspicaz lector, mi recién adquirida enseñanza. Lo explicaré como haría un niño de cinco años, sin rodeo ni mediatización de por medio: La democracia es una idea que se cristaliza con la matanza encarnizada y brutal de hombres y mujeres; es la justificación para la promoción del terror en todo el orbe; es el empleo de tecnología para la aniquilación de la especie humana; es un absurdo, una falsificación de las aspiraciones del hombre; es una meta superimpuesta que en su concreción sacrifica aquello que menos valora: la vida.

jueves, 14 de enero de 2010

Cómo utilizar la desgracia ajena en provecho propio

La reciente tragedia en Haití nos demuestra, una vez más, que la 'comunidad internacional' la está utilizando para proyectar una imagen de humanitarismo que mejor encubra el lado oscuro del capitalismo: la explotación sistemática y el empobrecimiento de vastas regiones del mundo.
Ahh pero cuando sucede algo como lo que sucedió en Haití- los grandes capitalistas con sus gobernantes a la cabeza- se rasgan las vestiduras y se encaraman en una campaña mediática mundial para mejorar su imagen pública ayudando al desamparado país que han explotado y saqueado por siglo, primero los franceses y los ingleses y luego los estadounidenses. ¿Que no sabían que Haití es pobre, pobrísimo, gracias a las dictaduras que garantizan el saqueo y mantenidas por los EU en la isla? ¿Que Haití es la nación más marginada de AL? ¿Por qué hasta ahora voltean a mirarla y envían ayuda humnaitaria? Porque ahora es rentable hacerlo. La realidad haitiana no va a cambiar mucho y dentro de un par de meses ni quien se acuerde. Bussiness as usual.
Una cosa es la solidaridad entre los pueblos y otra muy distinta el uso ideológico de los gobiernos de una catástrofe como esta.
Para muestra va un artículo que abunda al respecto.

Un país ocupado por fuerzas extranjeras y castigado por la pobreza
Correspondencia de Prensa.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98680

En 2004, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una nueva invasión de Haití. Desde entonces, 7.031 "cascos azules" y 2.034 policías, apoyados por 488 funcionarios internacionales, controlan el país. Las tropas ocupantes de la "Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah) son comandadas por los generales de Lula, y están compuestas principalmente por Brasil, Uruguay, Chile, Argentina, Bolivia, Ecuador, Perú y Guatemala, entre otros. Brasil y Uruguay son los que tienen el mayor contingente de soldados.
El jefe de policía haitiano es un africano: Mamadou Moutanga Diallo, de la República de Guinea.
Cinco años después de la invasión, el pueblo haitiano sigue en la miseria más espantosa. La "intervención humanitaria" de la ONU solo ha traido más "estabilidad" para las empresas multinacionales que instalan fábricas maquiladoras en las zonas francas y explotan los recursos naturales. Para el pueblo pobre y trabajador ninguna mejora. La salud y la educación derruídas. La infraestructura civil colapsada. Cuando el pueblo protesta (lo que ocurre regularmente), le va peor: es brutalmente reprimido por los "cascos azules". Las organizaciones populares y humanitarias hablan de centenares de muertos, heridos y encarcelados.
Cuando las espeluznantes imágenes del terremoto empezaban a difundirse, "Resumen Latinoamericano" informaba de un nuevo asesinato político. Al salir de la Universidad, fue acribillado el escritor Jn. Anil Louis-Juste, autor de numerosas denuncias sobre la ocupación de la Minustah y defensor de la autodeterminación del pueblo haitiano.
En medio de toda la tragedia, CNN en español destacaba, por fin, una "noticia alentadora": el gobierno Obama decidió la "suspensión temporal" de la deportación de "inmigrantes ilegales" haitianos.

Radiografía desoladora
- Haití tiene algo más de 9 millones de habitantes.
- Más de la mitad de la población es rural. El 95% son negros, y el resto, mulatos y blancos.
- Las lenguas oficiales son el francés y el creole. Casi la mitad de la población de más de 15 años (el 47,1%) es analfabeta.
- El PBI nominal anual ronda los 7.000 millones de dólares. Corregido por lo que se denomina "paridad de poder adquisitivo", el PBI anual per cápita es el más bajo de América Latina (el siguiente es Nicaragua), y sólo supera a países de Africa y a Nepal.
- Las remesas (enviadas por haitianos residentes en el exterior, mayoritariamente en Nueva York y Miami), representan el 40% del PBI.
- Haití es uno de los países con peor distribución del ingreso en todo el mundo. El 10% más pobre sólo recibe el 0,7%, mientras que el 10% más rico se lleva el 47,7%.
- El 80% de la población sobrevive por debajo de la línea de pobreza. Con un "ingreso" de menos de un dólar diario.
- Casi el 75% de las casas (de madera y lata) no tienen saneamiento.
- Menos del 40% de la población tiene acceso al agua potable.
- No existe servicio de recolección de basura.
- El 80% de la población está desempleada. El salario promedio no supera los 50 dólares mensuales.
-La tasa de mortalidad infantil es del 59,7 por mil nacidos vivos, la más alta de América y sólo superada por países africanos y algunos asiáticos.
- Sólo el 24% de los partos son atendidos por personal médico calificado.
- La expectativa de vida cayó de 52,6 años (2002), para 49,1 años (2005) . Es la más baja de América Latina y sólo superior a algunos países de Africa, Bangladesh, Laos y Afganistán.
- Con aproximadamente 120.000 infectados de VIH (el 2,2% de la población), es uno de los países con más problemas por el Sida.
- El país cuenta con apenas 108.000 líneas de telefonía fija.


lunes, 11 de enero de 2010

2010

Bonito año el que empieza: las bajas temperaturas que azotan a gran parte del país parecen anunciar el color de los meses por venir.

Contrario a lo que muchos parecen creer, lo peor de la famosa crisis no ha pasado: cualquier recuperación de los índices macroeconómicos (que no de la actividad productiva real) no será más que momentánea en espera de una debacle aún peor. 16% de la población, sin empleo. 50 millones de pobres. 50 millones sin seguro médico. 7.5 millones de familias a punto de perder sus viviendas. Déficit de 1.8 billones de dólares. Todo esto, en el hasta ahora país más poderoso del mundo. Imagínese usted lo halagüeño que se presenta el presente año para nuestro país.

Será un año de elecciones: de nueva cuenta ríos de tinta llenaran las planas de los periódicos en torno a la fiesta democrática. Nuevas personalidades llegaran a ocupar los puestos que tanto añoran. La clase política se recicla. El resto del pueblo puede esperar. Y después de julio, la consecuencia de toda fiesta: una cruda incurable en la que la realidad se hace presente de nuevo: PRI, PAN, PRD… las cosas siguen igual en el mejor de los casos, peor si mal nos va.

Seremos testigos durante este año en nuestro país de los festejos organizados por los aniversarios de una Independencia de papel y una Revolución que encumbro en lo más alto del poder a una elite que, hasta nuestros días, se ha enriquecido a expensas de la mayoría de los mexicanos.

Festejos que nos recordarán gobiernos corruptos, injusticias sufridas, promesas sin cumplir y sobre todo, la gran brecha que hace a nuestro país uno de los más desiguales del mundo, aún cuando hace dos siglos cambiábamos de dueños europeos a dueños nacionales y se abolía la esclavitud formal para pasar a la esclavitud del salario mínimo y hace cien años se peleaba por que el producto de la tierra fuera de quien la trabaja.

En septiembre estaremos hartos de discursos patrioteros llenos de ilusiones, de lugares comunes, de buenos deseos (de mentiras, para que darle tantas vueltas). Discursos propios de un gobierno carente de toda legitimidad y alejado completamente de la realidad en la que vive la mayor parte de habitantes de este país. Para diciembre veremos cómo ni las elecciones ni los aniversarios sirvieron en lo más mínimo para cambiar algo.

Sin embargo, será sin lugar a dudas un año interesante en todos los aspectos: social, política y económicamente.

Veremos sin lugar a dudas el declive del dólar como patrón mundial de intercambio. El ALBA en Sudamérica y las naciones del sudeste asiático empezarían a comerciar entre sí con una moneda común que supla al dólar. Las relaciones entre los países de Sudamérica pertenecientes al ALBA han permitido un comercio más justo, más equitativo.

El declive del sistema imperante hasta hoy permite la reflexión, el poder imaginar otras formas de comerciar, de generar y distribuir riquezas, de gobernar.

La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será, escribe Eduardo Galeano. Este 2010 será el momento adecuado para mirar atrás y empezar a tomar conciencia sobre todo aquellos que, como sociedad, nos concierne.

miércoles, 6 de enero de 2010

Recordemos

Ha comenzado ya el por muchos aclamado año 2010. Año de celebraciones y recordatorios importantes para el pueblo mexicano. Como bien sabemos, este año celebraremos, el 16 de septiembre, el bicentenario de la independencia de nuestra nación. Una independencia a “medias” pues desde el surgimiento de nuestro país, éste pueblo no se ha caracterizado precisamente por tener una fuerte soberanía ante el resto del mundo.
Así mismo, para la fecha del 20 de noviembre, celebraremos el primer centenario de la revolución mexicana, acontecimiento en nuestra historia que, si bien nunca cumplió cabalmente con sus objetivos, sí posibilitó cambios sociales importantes. Las instituciones estatales y la industria paraestatal surgen del seno mismo del pensamiento revolucionario; aunque en nuestro país la revolución se haya pensado ideológicamente, en un principio, desde un trasfondo anarquista.
Independientemente de las tristes corrupciones que han sufrido los más grandes movimientos sociales de México, es importante recalcar la relevancia que en su momento histórico han tenido estos. Y es que quizá podríamos empezar a abandonar la utópica idea de que una revolución arregla las cosas absolutamente y para siempre.
El olvido es un fantasma que siempre acecha la memoria histórica del hombre, viéndose éste condenado a repetir cíclicamente, una y otra vez, periodos de agonía, etapas decadentes de desigualdad, de cinismo y despotismo intolerable.
La academia dirá que, para nuestra época, conceptos como los de “Revolución”, “Libertad”, incluso el de “Dignidad” son conceptos gastados, obsoletos, conceptos que el mismo trasfondo actual del pensamiento impide definir.
No obstante, considero que es en el plexo vital, ese en que el hombre realmente habita, en el que trabaja para subsistir, en el que se palpa y sufre, el plexo en que estos conceptos cobran su sentido, sin necesidad de la definición.
Por eso, sin afán de llamar a la violencia, pues no soy partidario de ésta, considero importante recordar que es el hombre mismo, cada individuo, quien tiene, por derecho natural, en sus manos el poder de decidir y de ser como quiere ser y actuar ante un entorno que le suprime, le ignora e incluso le aniquila.
Es en este momento decisivo en que el individuo es capaz de actuar digna y libremente, allende de todo concepto e ideología académica o doctrinal, respondiendo al plexo inmediato de su vida misma, al instante mismo.
Se anuncian movimientos sociales fuertes para este año, eso es lo que se rumora constantemente. Hay que tener cuidado en cómo se enfocan y hacia dónde se dirigen. A una clase dominante, cínica y déspota, desequilibradamente enferma de poder, poco le importará que el pueblo se despedace a sí mismo. Seguramente querrán reiterar, una vez más, que “a rio revuelto, ganancia de pescadores”.

Uno pierde, el otro gana


Introducción

El capitalismo asiático, en particular el de China y Corea del Sur, está en competencia con EE.UU. por el poder mundial. El poder asiático global es impulsado por un crecimiento económico dinámico, mientras que EE.UU. aplica una estrategia de construcción del imperio por medios militares.

Lectura de un número del Financial Times

Incluso una lectura superficial de un solo número de The Financial Times –el del 28 de diciembre de 2009– ilustra acerca de las divergentes estrategias de construcción del imperio. En la página uno, el artículo principal sobre EE.UU. trata de los conflictos militares en expansión y su "guerra contra el terror", bajo el título "Obama pide una revisión de la lista de organizaciones terroristas". En contraste, hay dos artículos, en la misma página uno, sobre China, en los que se informa de la inauguración en este país del tren de pasajeros más rápido del mundo y de su decisión de mantener su moneda vinculada al dólar de EE.UU. como un mecanismo para promover su dinámico sector de exportación. Mientras que Obama se centra en la creación de un cuarto frente de batalla (Yemen) en la "guerra contra el terror" (después de Irak, Afganistán y Pakistán), el Financial Times informa en la misma página de que un consorcio de Corea del Sur ha ganado un contrato de 20.400 millones dólares para el desarrollo de centrales nucleares para uso civil, en los Emiratos Árabes Unidos, superando a sus competidores de EE.UU. y Europa.

En la página dos del FT hay un artículo más largo sobre la nueva red de ferrocarriles china, destacando su superioridad sobre el servicio ferroviario de EE.UU. El ultramoderno tren de alta velocidad chino transporta a los pasajeros entre dos ciudades importantes, a 1.100 kilómetros de distancia, en menos de tres horas, mientras que el tren “Express” de la compañía Amtrack, de EE.UU. "tarda tres horas y media para cubrir los 300 kilómetros entre Boston y Nueva York.” Mientras el sistema ferroviario de pasajeros estadounidense se deteriora por la falta de inversión y mantenimiento, China gastó 17.000 millones de dólares en la construcción de su línea de alta velocidad. China planea la construcción de 18.000 kilómetros de nuevas vías de su ultramoderno sistema para el año 2012, mientras que EE.UU. gastará una suma equivalente en la financiación de su ofensiva militar en Afganistán y Pakistán, así como para abrir un nuevo frente bélico en el Yemen.

China construye un sistema de transporte que une a los productores y los mercados laborales de las provincias del interior con los centros de fabricación y puertos de la costa, mientras que en la página cuatro del FT se describe cómo EE.UU. sigue aferrado a su política de enfrentar la "amenaza islamista" en una “guerra sin fin contra el terror". La ocupación y las guerras contra los países musulmanes han desviado cientos de miles de millones de dólares de fondos públicos hacia una política militarista sin ningún beneficio para el país, a la vez que China moderniza su economía civil. Mientras que la Casa Blanca y el Congreso subvencionan y satisfacen al Estado militarista-colonial de Israel, con su insignificante base de recursos y mercado, alejándose de 1.500 millones de musulmanes (FT, pág. 7), el producto interno bruto (PIB) de China se multiplicó por diez en los últimos 26 años (FT, pág. 9). Mientras que EE.UU. asignó más de 1.400 millones de dólares a Wall Street y los militares, aumentando el déficit fiscal y de cuenta corriente, la duplicando del desempleo y perpetuando la recesión (FT, pág. 12), el gobierno chino lanza un paquete de estímulo dirigido a los sectores interiores de las manufacturas y la construcción que ha producido un crecimiento del 8% del PIB, una reducción significativa del desempleo y el "relanzamiento de las economías vinculadas” en Asia, América Latina y África (FT, pág. 12).

Mientras EE.UU. malgastaba su tiempo, recursos y personal en la organización de "elecciones" para sus corruptos estados satélites de Afganistán e Irak, y participaba en las inútiles mediaciones inútiles entre su intransigente socio israelí y su impotente cliente palestino, el gobierno de Corea del Sur apoyó un consorcio liderado por la Korea Electric Power Corporation en su exitosa puja de 20.400 millones de dólares para la instalación de la central nuclear, abriendo con ello el camino a otros contratos multimillonarios en la región (FT, pág. 13).

Mientras EE.UU. gastaba más de 60.000 millones de dólares en vigilancia interna y multiplicación del número y el tamaño de sus organismos internos de seguridad en busca de potenciales terroristas, China invertía más de 25.000 millones de dólares en consolidar sus intercambios energéticos con Rusia ( FT, pág. 3).

Lo que nos relatan los artículos y noticias de una sola en la edición de un solo día del Financial Times refleja una realidad más profunda que ilustra la gran división en el mundo de hoy. Los países de Asia, encabezados por China, están alcanzando el estatus de potencias mundiales, a base de grandes inversiones nacionales y extranjeras en la industria manufacturera, el transporte, la tecnología, y la minería y el procesamiento de minerales. En contraste, EE.UU. es una potencia mundial en declive, con un deterioro de la sociedad resultado de su construcción del imperio por medios militares y de su economía financiera especulativa:

1. Washington busca clientes militares de menor importancia militar en Asia, mientras que China amplía sus acuerdos comerciales y de inversión con importantes socios económicos: Rusia, Japón, Corea del Sur y otros.

2. Washington drena su economía nacional para financiar las guerras en el extranjero. China extrae minerales y recursos energéticos para fomentar su mercado interior de trabajo en la industria.

3. EE.UU. invierte en tecnología militar para luchar contra insurgentes locales que se enfrentan a los Estados satélites EE.UU.; China invierte en tecnología civil para crear exportaciones competitivas.

4. China comienza a reestructurar su economía para desarrollar el interior del país, y asigna un gasto social mayor a la corrección de sus grandes desequilibrios y las desigualdades, mientras que EE.UU. rescata y refuerza el sector financiero parasitario, que saqueó la industria (reduciendo sus activos por medio de fusiones y adquisiciones), y especula sobre objetivos financieros sin impacto sobre el empleo, la productividad o la competitividad.

5. EE.UU. multiplica las guerras y la acumulación de tropas en Oriente Medio, Asia Meridional, Cuerno de África y Caribe; China ofrece inversiones y préstamos de 25.000 millones de dólares para la construcción de infraestructuras, la extracción de minerales, la producción de energía y la construcción de plantas de montaje en África.

6. China firma acuerdos comerciales de miles de millones de dólares Irán, Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Perú y Bolivia, con lo que se asegura el acceso a la energía estratégica y los recursos minerales y agrícolas; Washington proporciona 6.000 millones de dólares en ayuda militar a Colombia, consigue del presidente Uribe que les ceda siete bases militares (para amenazar a Venezuela), apoya un golpe militar en la pequeña Honduras, y denuncia a Brasil y Bolivia por diversificar sus vínculos económicos con Irán.

7. China aumenta las relaciones económicas con las dinámicas economías de América Latina que representan más del 80% de la población del continente; EE.UU. se asocia con el Estado fallido de México, que tiene el peor desempeño económico del hemisferio y en el que poderosos cárteles de la droga controlan amplias regiones y han penetrado profundamente en el aparato estatal.

Conclusión

China no es un país capitalista de excepción. Bajo el capitalismo chino, se produce la explotación del trabajo, las desigualdades de riqueza y acceso a los servicios abundan, los pequeños agricultores se ven desplazados por megaproyectos de embalses, y las empresas chinas extraen minerales y otros recursos naturales en el Tercer Mundo sin demasiadas contemplaciones. Sin embargo, China ha creado decenas de millones de empleos en la industria, y ha reducido la pobreza con más rapidez y para más personas en el lapso más breve de la historia. Sus bancos financian sobre todo la producción. China no bombardea, no invade ni saquea otros países. En contraste, el capitalismo de EE.UU. se halla enfeudado a una monstruosa máquina militar mundial que drena su economía nacional y reduce los niveles de vida del país para financiar sus interminables guerras en el extranjero. El capital financiero, inmobiliario y comercial socava el sector manufacturero, y obtiene sus beneficios de la especulación y las importaciones baratas.

China invierte en países ricos en petróleo; EE.UU. los ataca. China vende bandejas y tazones para los banquetes de boda afganos; EE.UU. bombardea las celebraciones con sus aviones teledirigidos. China invierte en industrias extractivas, pero, a diferencia de los colonos europeos, construye ferrocarriles, puertos, aeropuertos y proporciona crédito accesible. China no financia ni arma guerras étnicas, ni organiza “revoluciones de colores” como la CIA estadounidense. China autofinancia su propio crecimiento, su comercio y su sistema de transporte; mientras, EE.UU. se hunde bajo una deuda de varios billones de dólares para financiar sus guerras sin fin, rescatar sus bancos de Wall Street y apuntalar otros sectores no productivos, mientras que muchos millones de personas permanecen sin empleo.

China crecerá y ejercerá poder a través del mercado, EE.UU. entrará en guerras sin fin en su camino a la bancarrota y la descomposición interna. El crecimiento diversificado de China está relacionado con interlocutores económicos dinámicos; el militarismo de EE.UU. se ha vinculado a narco-estados, regímenes dirigidos por señores de la guerra, supervisores de repúblicas bananeras, y al último y peor régimen racista y colonial declarado: Israel.

China atrae a los consumidores del mundo; las guerras globales de EE.UU. producen terroristas en el interior del país y en el extranjero.

China podrá hallarse ante crisis e incluso ante rebeliones de los trabajadores, pero tiene los recursos económicos para darles solución. EE.UU. está en crisis y puede enfrentarse a una rebelión interna, pero ha agotado su crédito y sus fábricas están en el extranjero, mientras que sus bases e instalaciones militares representan pasivos, no activos. Hay menos fábricas en EE.UU. que vuelvan a contratar a sus trabajadores desesperados: un levantamiento social podía mostrar a los trabajadores estadounidenses ocupando los esqueletos vacíos de sus antiguas fábricas.

Para convertirnos en un Estado "normal" tenemos que empezar desde el principio: cerrar todos los bancos de inversión y las bases militares en el extranjero, y regresar a América. Tenemos que comenzar la larga marcha hacia la reconstrucción de una industria al servicio de nuestras necesidades nacionales, a vivir dentro de nuestro propio entorno natural, y a abandonar la construcción del imperio en favor de la construcción de una república socialista democrática.

¿Cuándo vamos a tomar el Financial Times, o cualquier otro diario, y leer acerca de nuestra propia línea de alta velocidad que transporte pasajeros estadounidense de Nueva York a Boston en menos de una hora? ¿Cuándo van nuestras propias fábricas a suministrar nuestras tiendas de ferretería? ¿Cuándo vamos a construir generadores de energía eólica, solar y oceánica? ¿Cuándo vamos a abandonar nuestras bases militares, y vamos a permitir que los señores de la guerra los traficantes de drogas y los terroristas hagan frente a la justicia de su propia gente?

¿Llegaremos a leer acerca de todo esto en el Financial Times?

En China, todo comenzó con una revolución...

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=98167